En Santa Cruz (al menos) hay algunos adultos y viejos que buscan conquistar a los jóvenes desde las supuestas banderas del arte y la cultura. Si sos joven te aviso: no confíes en ellos sin antes conocerlos bien. Algunos son gente frustrada, inútil, que sólo sabe ponerse un papelito en la frente que dice "arte", "literatura", "cultura", "rock". Pero abajo de ese papelito, abajo del hueso de la frente, en el real cerebro, tienen implantados sus verdaderos y sinceros papelitos que dicen "pedo". (Tienen un pedo en la cabeza, quiero decir). Están esperando que termine la lectura de los poemas para ponerse a chupar vino, chupar teta, chusmear baratamente, criticar a otros poetas y no-poetas amigos y no-amigos.... en definitiva: en el fondo les interesa practicar actividades que todo regular ser humano hace de vez en cuando, pero ellos lo quieren hacer bajo el rótulo de la poesía y el arte. ¿Qué necesidad tienen? Los chicos no son tontos, a la larga se dan cuenta del embuste.
Es frustrante para los chicos y jóvenes descubrir (todo tarde o temrpano se descubre) que un supuesto poeta es un verdadero pelotudo. Que un supuesto artista es un real boludo. Que una supuesta amante del rock es una verdadera mal cogida que no sabe ni tocar la pandereta. Que un supuesto revolucionario teórico es un verdadero cagón práctico. Que un supuesto visceral poeta es un verdadero chupindangui de cuarta.
Es frustrante para los chicos y jóvenes descubrir (todo tarde o temrpano se descubre) que un supuesto poeta es un verdadero pelotudo. Que un supuesto artista es un real boludo. Que una supuesta amante del rock es una verdadera mal cogida que no sabe ni tocar la pandereta. Que un supuesto revolucionario teórico es un verdadero cagón práctico. Que un supuesto visceral poeta es un verdadero chupindangui de cuarta.
Si quieren chupar vino (les digo a estos adultos) mámense en nombre de ustedes, no de la cultura y el arte. Si quieren coger, cojan en nombre de sus vísceras sexuales, no de la poesía. Sean sinceros. Si en realidad lo que necesitan es vencer la soledad propia, diviértanse de frente y no escudándose en supuestas actividades honorables que no sienten verdaderamente y que tiran por la borda cuando llega el momento de hacer las cosas en serio.
Algunos se quieren hacer los revolucionarios dando clases de (por ej.) graffiti, se creen que son el che guevara por pintar unos cerquitos y les hacen creer a la juventud que así van por el buen camino, por el camino de lo grosso. Pintar graffitis lo puede hacer cualquier boludo. Para ser un verdadero revolucionario hay que matar. Matar. Quitar vidas. Dañar. Poner bombas. Clavar en carne cuchillos y balas.
Pintar grafittis creyendo que se es revolucionario al hacerlo es revolución de niños y revolución de cagones. Es de mal cogidos. Si tuvieran huevo, cojones, y fueran verdaderos revolucionarios, deberían matar a los tantos que roban millones de pesos y dólares frente a sus narices (narices de grandotes boluditos frustrados que quieren hacerse los che-guevaras frente a los jóvenes y en el fondo son unos frustrados cagones de morondanga incapaces de pegarle una mínima trompada a subsecretario o ministro alguno).
Si sos joven estate atento, desconfiá de todos, de los unos, de los otros, y de nosotros. Desconfiá, incluso, de vos mismo. La vida no tiene sentido. La sabiduría está a dos palmos de tus ojos. Sólo tenés que cerrarlos y saber escuchar tu mente para descubrir que vos no sos vos y que los otros no son los otros.