Acá el lujo tiene el sentido de irse. ¿Para qué sirve, acá, un BMW? ¿Para hacerse el “empresario” delante de quiénes? ¿Para hacerlo pasear esquivando cuántos perros pulguientos y baches? ¿Para que quién lo crea? ¿Para que respeten el “éxito” del dueño cuántos nadies? Acá un BMW, una cartera de cientos de dólares, tienen el sentido de las vacaciones, ir a otras ciudades; que en otras ciudades crean.