Estoy drogado en el patio de casa.
Hay estrellas, sarpullido virulento de la noche.
Ángeles borrachos cagan en el árbol y dan ginebra a los ministros que dicen:
“la cocaína es un tipo de nieve y la luna un foco más del alumbrado”.
Soy amado por la muerte y la cerveza?
Soy amado por la basura que vuela?
por siniestros hijos de la tarde?
Poetas terrestres escriben himnos al climaterio al lado de la cucha
del perro que murió atropellado cuando yo era niño.
El perro se arrojó bajo las ruedas llorando, yo comía salchichas y
lo vi por la ventana, la vereda aún era de piedras,
mis animales siempre quisieron la muerte,,
Mi padre tiene amantes con espirales,
mujeres que nunca admiraron paisajes.
Mi madre es una estatua viva cornuda adicta a tóxicos legales.
Mi madre es triste y trabaja sin trabajar, tiñe el pelo a sus amigas en la Muni. Un día le dieron ganas de matarse, subió al auto y fue para casa a cortarse una vena pero chocó en Roca y San Martín. Siguió viviendo y le agarró miedo a intentar la muerte, ahora va cada día al casino como una forma virtual de suicidio. Ella es poco valiente y se masturba con lexotanil. La vida la quema como a juana de arco pero en una hoguera de alma que la incendia por dentro,
es como pizarnik pero muerta viva y sin poesía, mirando la tele.
Y la nieve es una sangre blanca!,
¡y quiero que la música hiera!,
y aúllo licántropo, licnomante del cielo,,
y juro por mi mente que antes de matarme mataré un político.
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