Algunos santacruceños creen (o sea, se autoconvencen porque les conviene) que las indecencias del kirchnerismo se sustentan en los grandes descalabros, en las centenas de millones de dólares que se han esfumado sin rastro, en los altos jueces que vacunan de impunidad a los funcionarios enfermos de corrupción, en la prepotencia de los que golpean y censuran y atropellan, en la fidelidad de unos cuantos "soldados-k" fanáticos.
Pero las indecencias del kirchnerismo han nacido de cosas más chicas, y aún se sustentan en buena medida en ellas, entre las cuales menciono a:

-Los que tienen dos trabajos, uno privado que lo pueden tener porque a su otro trabajo no le dan pelota y faltan cuando quieren (y el otro trabajo es justamente un puesto público que aunque se lo pasan por las bolas igual les va a terminar dando una jubilación buena);
-Los que ocupan puestos públicos sin ser idóneos y sólo por ser conocidos de alguien;
-Los que presentan carpetas médicas truchas;
-Los que utilizan los teléfonos de sus oficinas públicas para hacer extensas llamadas de larga distancia a amigos de otras provincias;
-Los que viajan gratis durante años a Ferias del Libro sin haber escrito nuevos libros;
-Los que no dan importancia a los pequeños robos cotidianos;
-Los que se quejan de los que roban pero cuando les toca compartir momentos con dichos ladrones se llenan de orgullo (y de esperanzas de pegar algún currito);
-Los que tienen hijos ocupando buenos cargos de la administración kirchnerista pero critican por lo bajo a los K y se hacen los amigos de Costa por si algún día futuro hay que pedirle a él algún puestito;

-Los que se quejan de la Ferrari que le regalaron a Menem, pero a ellos les regalaron espúreamente terrenos en Calafate y eso sí está perfecto;
-Los que piensan que todo sale de la nada y que ellos no son parte de esa nada;

-Los que piensan que la guita mal gastada en la provincia hoy no será guita que faltará mañana.

-etc.