Cristopo, vuelvo con tiempo a seguir recorriendo tu Letra que se deletrea, se desletra, se vuelve enletrar. Un placer cruel y sublime leerte. Siempre.
Hoy con apuro paso así de rapidito y, de paso, te dejo una explicación del problema con los mails. El inconveniente lo tengo con vos y con todos quienes tienen Hotmail. Mi servidor de cuenta de Infovía en realidad es quien tiene el problema y no me lo solucionan. Yo recibo tus mails y todos los de Hotmail, pero ni a vos ni a nadie con Hotmail le llegan los míos, vuelven todos rebotados. Ese es el tema.
Y basta, que esta Tierra Sagrada que es el Templo de la Palabra no es para estos mensajes tan prosaicos.
Maravilloso tu Lar. Vuelvo siempre, y no con poco embeleso. Y me encuentro un Escritor que siempre fuerza la rueca hasta ser un desliz de sí mismo, y ser siempre otro, cada vez, y mejor, y siempre él. Tan Moebius.
En una especie de Huida Rara, se me ocurrió ir de El Calafate a Río Turbio en el transporte público. En medio del viaje me encontré sin saber qué carajo hacer durante la hora y media que debía esperar para combinar servicios en La Esperanza, (¿a quién se le ocurrió ponerle ese nombre a semenjante páramo/paraje/paramaje/pajeáramo? ¿qué esperanza se puede tener en medio de la nada un jueves a la tarde recién parida en un restaurante perdido en el culo del tercer mundo pero que te cobra precios de la Rue Guillard y con un aguacero como única concordancia con una París de novela sesentista?). No tenía más para hacer que fumar un cigarrillo tras otro mientras me sumergía en ese mundo surrealista de la pampa desolada. Desde algún punto de esa pampa, que no logro aún determinar, llegón un personaje netamente tresguerresco: flaco y nudoso, como lenga mala, con una barba de casi un mes, erizada como el lomo de un puerco espín, con unas bombachas que alguna vez fueron azules flameando en el viento sempiterno y haciendo eses por el playón nostalgiando la última ginebra. No sé por qué, miré ese mueble en el que se acostumbra a ver un hatajo de mentiras con forma de libros y entonces se produjo el milagro. En el preciso instante en el que ese ser desgarbado, fruto de la estepa, penetró en el boliche, violento y disculposo, pronunciando palabras como si las pariera, descubrí en uno de esos estantes vendedores de mentiras, un único ejemplar de Suur Xur pidiendo a gritos que lo llevara alguien, para sacarse de encima la molesta compañia de los estropicios de un tal Bragueta, que publica libros como si hiciera chorizos. Tomé el libro en mis manos, le acaricié el lomo trantando de consolarlo de tanta tortura sufrida, entreabrí sus páginas con la delicadeza con la que se abren los labios vaginales de una virgen antes de penetrarla y esperé, esperé, esperé. No sé exactamente cuánto tiempo pasó desde el descubrimiento hasta la llegada del micro que me llavaría a Turbio, sí sé que, en cuanto llegó, acuné el libro en mi pecho, debajo de la campera para que no sienta el frío de esa tarde de mierda y con aguacero de Vallejo y con la mayor premura, sin que nadie se diera cuenta, lo rescaté de la ignominia de permanecer entre tanta basura. Al que se atreva a decir que lo que hice fue cometer un hurto, le parto la trompa, no me jodan. Todo lo que hice fue un acto de justicia.
oh canejo las malas lenguas andan de murmullo en murmullo hablando de un rapto y como dice el puet "..hay algo que no se puede explicar ¿Por que la niña ríe en ves de llorar?"
Poeta, lo felicito. Ha ingresado usted al club "Homenajeando a Silvio Astier", bienvenido. Como don de hospitalidad, le obsequio una frase del escritor Luis Fermando: "Yo no los robo. Digamos que los rescato"
hola viejo lobo, soy cristopo que dice decir que es un topowarrior (creélo o no). Tu acción de tomar el libro suur xur puede verse desde 2 puntos de vista. Uno de ellos es el punto de vista poético-romántico; para decirlo resumidamente, es aceptado en el mundillo literario que a los poetas les guste robar libros, (tómese a roberto bolaño como pròcer en tales cuestiones, por ej.). El que un verdadero poeta robe un libro puede sonar poético para varios. Esto puede ser discutible. Pero aún entre quienes festejan este tipo de cosas, su acción concreta debería valorarse no tan contundentemente, por el siguiente hecho: por lo general los poetas que roban libros es porque no les alcanza el dinero para comprarlos, o en el peor de los casos porque les da curiosidad leerlos y les surge una fuerte ocurrencia de sustraerlos para leer un producto literario sin ensuciarlo con el tan bastardo método capitalista dado en llamarse "comprar cosas", o por cuestiones por el estilo. Pero lo que no suele hacerse nunca, o casi nunca ("casi" porque ud. fue la excepcion), es robar un libro que ya se tiene. Quiero decir: se supone que usted ya tenía un suur xur. Debería haber tenido desde mucho antes de llegar en su viaje a la Esperanza un suur xur en su biblioteca, y digo "debería" porque ud. mismo dijo (en preteritos comments en este blog) que ud. tenia ya los libros de tresguerres bien atesorados en su biblioteca personal (por no decir que en otras ocasiones tambien me habias dicho a mì que lo tenías al Xur y que lo habías leído). Así que: 1) o robaste un libro que ya tenías, 2) o mentiste que ya lo tenías.
Y ahora vayamos a cosas que podrían objetar el otro grupo de sujetos, el de los que no ven como poético que alguien robe libros. Resulta que hacer un libro con edición de autor (como es suur xur) cuesta muchísimo trabajo, y también bastante dinero. Es además bastante dificultosa su distribucion en distintos puntos de venta, y más hacer que llegue a un lugar alejado como la Esperanza, que dicho sea de paso es un lugar por el que pasan bastantes turistas que podrían llegar a comprarlo. Teniendo en cuenta esto ¿fue beneficioso para el autor del libro haber laburado tanto para publicar un libro, y que alguien robe un ejemplar de un punto de venta, siendo que ese alguien ya lo había leido al libro antes? Es para pensarlo ¿no? Por otro lado, el libro ese debe haber estado en ese estante de la Esperanza desde hace unos 4 años. Si nadie lo compró en 4 años al libro, será por algo. O el libro no será vendible, o no será vendible en ese lugar, o su ciclo de venta será demasiado estirado. Desde ese punto de vista, el autor de dicho libro no debería venir a hacerse el "ultrajado", si igual a su libro no lo compró nadie ni lo iba a comprar nadie. Por lo tanto, las principales conclusiones a las que podemos llegar son: 1) es al pedo publicar libros. 2) o al menos es al pedo publicar libros como suur xur. 3) o al menos es al pedo publicar libros como suur xur y venderlos en la Esperanza. 4) o al menos es al pedo publicar libros como suur xur y venderlos en la Esperanza si el viejo lobo va a ir a la Esperanza.
Pero lo más determinante, creo, pasa por la quinta conclusión:
5) Lo importante es qué hará ahora el Viejo Lobo con el libro robado. Lo mejor sería que, luego de releerlo, se lo regale a alguien a quien pueda llegar a interesarle su lectura.
8 comments:
yo quiero ese barco de loyola!!
Cristopo, vuelvo con tiempo a seguir recorriendo tu Letra que se deletrea, se desletra, se vuelve enletrar.
Un placer cruel y sublime leerte. Siempre.
Hoy con apuro paso así de rapidito y, de paso, te dejo una explicación del problema con los mails.
El inconveniente lo tengo con vos y con todos quienes tienen Hotmail.
Mi servidor de cuenta de Infovía en realidad es quien tiene el problema y no me lo solucionan.
Yo recibo tus mails y todos los de Hotmail, pero ni a vos ni a nadie con Hotmail le llegan los míos, vuelven todos rebotados.
Ese es el tema.
Y basta, que esta Tierra Sagrada que es el Templo de la Palabra no es para estos mensajes tan prosaicos.
Maravilloso tu Lar.
Vuelvo siempre, y no con poco embeleso. Y me encuentro un Escritor que siempre fuerza la rueca hasta ser un desliz de sí mismo, y ser siempre otro, cada vez, y mejor, y siempre él. Tan Moebius.
Un abrazo de Barda para vos.
Virginia.
virginia te quiere cojer pibe, si le gusta esa mierda que esribis es porque esta re necesitada.
En una especie de Huida Rara, se me ocurrió ir de El Calafate a Río Turbio en el transporte público. En medio del viaje me encontré sin saber qué carajo hacer durante la hora y media que debía esperar para combinar servicios en La Esperanza, (¿a quién se le ocurrió ponerle ese nombre a semenjante páramo/paraje/paramaje/pajeáramo? ¿qué esperanza se puede tener en medio de la nada un jueves a la tarde recién parida en un restaurante perdido en el culo del tercer mundo pero que te cobra precios de la Rue Guillard y con un aguacero como única concordancia con una París de novela sesentista?).
No tenía más para hacer que fumar un cigarrillo tras otro mientras me sumergía en ese mundo surrealista de la pampa desolada. Desde algún punto de esa pampa, que no logro aún determinar, llegón un personaje netamente tresguerresco: flaco y nudoso, como lenga mala, con una barba de casi un mes, erizada como el lomo de un puerco espín, con unas bombachas que alguna vez fueron azules flameando en el viento sempiterno y haciendo eses por el playón nostalgiando la última ginebra.
No sé por qué, miré ese mueble en el que se acostumbra a ver un hatajo de mentiras con forma de libros y entonces se produjo el milagro.
En el preciso instante en el que ese ser desgarbado, fruto de la estepa, penetró en el boliche, violento y disculposo, pronunciando palabras como si las pariera, descubrí en uno de esos estantes vendedores de mentiras, un único ejemplar de Suur Xur pidiendo a gritos que lo llevara alguien, para sacarse de encima la molesta compañia de los estropicios de un tal Bragueta, que publica libros como si hiciera chorizos.
Tomé el libro en mis manos, le acaricié el lomo trantando de consolarlo de tanta tortura sufrida, entreabrí sus páginas con la delicadeza con la que se abren los labios vaginales de una virgen antes de penetrarla y esperé, esperé, esperé.
No sé exactamente cuánto tiempo pasó desde el descubrimiento hasta la llegada del micro que me llavaría a Turbio, sí sé que, en cuanto llegó, acuné el libro en mi pecho, debajo de la campera para que no sienta el frío de esa tarde de mierda y con aguacero de Vallejo y con la mayor premura, sin que nadie se diera cuenta, lo rescaté de la ignominia de permanecer entre tanta basura. Al que se atreva a decir que lo que hice fue cometer un hurto, le parto la trompa, no me jodan. Todo lo que hice fue un acto de justicia.
oh canejo
las malas lenguas andan de murmullo en murmullo hablando de un rapto y como dice el puet "..hay algo que no se puede explicar ¿Por que la niña ríe en ves de llorar?"
.
Poeta, lo felicito. Ha ingresado usted al club "Homenajeando a Silvio Astier", bienvenido. Como don de hospitalidad, le obsequio una frase del escritor Luis Fermando: "Yo no los robo. Digamos que los rescato"
hola viejo lobo, soy cristopo que dice decir que es un topowarrior (creélo o no).
Tu acción de tomar el libro suur xur puede verse desde 2 puntos de vista. Uno de ellos es el punto de vista poético-romántico; para decirlo resumidamente, es aceptado en el mundillo literario que a los poetas les guste robar libros, (tómese a roberto bolaño como pròcer en tales cuestiones, por ej.). El que un verdadero poeta robe un libro puede sonar poético para varios.
Esto puede ser discutible. Pero aún entre quienes festejan este tipo de cosas, su acción concreta debería valorarse no tan contundentemente, por el siguiente hecho: por lo general los poetas que roban libros es porque no les alcanza el dinero para comprarlos, o en el peor de los casos porque les da curiosidad leerlos y les surge una fuerte ocurrencia de sustraerlos para leer un producto literario sin ensuciarlo con el tan bastardo método capitalista dado en llamarse "comprar cosas", o por cuestiones por el estilo. Pero lo que no suele hacerse nunca, o casi nunca ("casi" porque ud. fue la excepcion), es robar un libro que ya se tiene. Quiero decir: se supone que usted ya tenía un suur xur. Debería haber tenido desde mucho antes de llegar en su viaje a la Esperanza un suur xur en su biblioteca, y digo "debería" porque ud. mismo dijo (en preteritos comments en este blog) que ud. tenia ya los libros de tresguerres bien atesorados en su biblioteca personal (por no decir que en otras ocasiones tambien me habias dicho a mì que lo tenías al Xur y que lo habías leído). Así que: 1) o robaste un libro que ya tenías,
2) o mentiste que ya lo tenías.
Y ahora vayamos a cosas que podrían objetar el otro grupo de sujetos, el de los que no ven como poético que alguien robe libros.
Resulta que hacer un libro con edición de autor (como es suur xur) cuesta muchísimo trabajo, y también bastante dinero. Es además bastante dificultosa su distribucion en distintos puntos de venta, y más hacer que llegue a un lugar alejado como la Esperanza, que dicho sea de paso es un lugar por el que pasan bastantes turistas que podrían llegar a comprarlo. Teniendo en cuenta esto ¿fue beneficioso para el autor del libro haber laburado tanto para publicar un libro, y que alguien robe un ejemplar de un punto de venta, siendo que ese alguien ya lo había leido al libro antes?
Es para pensarlo ¿no?
Por otro lado, el libro ese debe haber estado en ese estante de la Esperanza desde hace unos 4 años. Si nadie lo compró en 4 años al libro, será por algo. O el libro no será vendible, o no será vendible en ese lugar, o su ciclo de venta será demasiado estirado. Desde ese punto de vista, el autor de dicho libro no debería venir a hacerse el "ultrajado", si igual a su libro no lo compró nadie ni lo iba a comprar nadie.
Por lo tanto, las principales conclusiones a las que podemos llegar son:
1) es al pedo publicar libros.
2) o al menos es al pedo publicar libros como suur xur.
3) o al menos es al pedo publicar libros como suur xur y venderlos en la Esperanza.
4) o al menos es al pedo publicar libros como suur xur y venderlos en la Esperanza si el viejo lobo va a ir a la Esperanza.
Pero lo más determinante, creo, pasa por la quinta conclusión:
5) Lo importante es qué hará ahora el Viejo Lobo con el libro robado. Lo mejor sería que, luego de releerlo, se lo regale a alguien a quien pueda llegar a interesarle su lectura.
pd: jaja, todo esto va con onda, viejo lobo.
maravilloso
Post a Comment